domingo, 25 de septiembre de 2011

ALIANZA 4ª PARTE

Al día siguiente comenzaron los preparativos para la llegada del rey, Sanjes iba y venia para no dejar nada al azar, Quein observaba a su amigo Exbic y le veía muy preocupado, sabía que era debido a la próxima llegada de su padre,¿como reaccionaría?, llevaba mucho tiempo fuera, tampoco se entrometió, mientras tanto disfrutaba junto a Mill y Lobo de la amable pero precavida acogida de los habitantes de Bander.
Todo estaba preparado, Sanjes había sido informado de la inminente llegada de los monarcas. Por la puerta norte apareció la guardia personal de rey y a continuación entraron los reyes, saludando a su amado pueblo, llegaron a la entrada de la fortaleza.
-     Mira Gavrel, es Exbic- comentó Marne a su esposo.
-     Ya lo he visto¿Que hará aquí?
-     No seas brusco, aún sigue siendo tu hijo.
Sanjes salió a su encuentro e informó al rey sobre el estado de su reino. Gavrel se dirigió a Exbic, este tragó saliva, estaba nervioso.
-     Padre, bienvenido a casa- inclinó ligeramente la cabeza en señal de respeto. Durante unos instantes Gavrel se quedó inmóvil delante de su hijo, observándole, tenía la mirada dura.
-     Se tu bienvenido- respondió secamente y se dirigió al salón para saludar al resto de sus generales.
Marne fue hacia su hijo Exbic, después de haber saludado efusivamente a su hijo mayor.
-     Hijo mio, cuanto me alegro de tenerte de nuevo entre nosotros, mi corazón se alegra enormemente.
Exbic besó a su madre con delicadeza, la adoraba. Pasaron al gran salón de la fortaleza y allí esperaron a que su padre terminase de saludar al resto de la corte, en unos minutos se quedaron solos.
Gavrel caminó hacia el trono y se sentó junto a su mujer, Sanjes y Exbic se acercaron poniéndose frente a ellos. Exbic miraba a su padre y no podía dejar de compararlo con el gran halcón que cubría el trono, duro, fuerte y siempre dispuesto para la lucha, tras unos instantes el rey tomó la palabra.
-     He ido a parlamentar con los enanos, hemos hablado sobre los últimos acontecimientos que han ocurrido en estas tierras, por ahora no vamos a inmiscuirnos, cada cual que arregle los problemas de su propia casa.
-     ¡Pero eso es un error!- Exbic se adelantó hacia él.
-     ¡Callate!- bramó el rey- ¿Como osas interrumpirme?. Te marchastes hace tiempo de tus tierras¿Para que?, según tú, para vivir experiencias- dijo despectivamente- las experiencias las deberías de haber vivido aquí, con tu gente, con tu familia.
-     Cálmate Gavrel- susurró cariñosamente Marne- déjale hablar.
-     ¡Que hable, que hable!
-     Padre, siento haberte interrumpido, pero piensa que la pasividad en esta guerra es un error, ¿cuanto tiempo van a dejar en paz los Wirlock nuestras tierras?,¿y la de los enanos?, en cuanto hayan conquistado los tres reinos, ¿que crees que harán?¿quedarse quietos y trataros con respeto?
-     Eso es lo que deberían hacer por su propio bien.
-     Nuestros guerreros son fuertes y valerosos pero solos no creo que puedan vencer a las hordas wirlocks, tienen mercenarios provinientes de otra tierras, sus tropas crecen por momentos y debido a nuestra pasividad nos conquistarán uno a uno, y nos tendrán bajo su control, al menos si nos uniésemos tendríamos una oportunidad.
El rey se mantuvo pensativo unos momentos para hablar con más tranquilidad.
-     Hijo mio, has estado mucho tiempo fuera, al principio tenía la esperanza de que volvieras pero estos últimos años, te dábamos por perdido, no recibíamos noticias tuyas, te olvidastes de tu familia, de tus hombres, de tu tierra- Gavrel hablaba con el corazón, el amor que sentía por su hijo fue más fuerte que su ira.
-     Eso nunca padre, nunca os he olvidado, aunque estuviese lejos, siempre os he llevado en mi corazón-en ese momento Marne habló.
-     Hijo, tienes que comprender que el dolor que sentíamos porque te creíamos perdido, llegó a ser mayor que nuestras esperanzas por volverte a ver o recibir alguna noticia tuya de que te encontrabas bien, al menos de que siguieras vivo.
Ante estas palabras Exbic se derrumbó, toda la entereza de la que hacia gala en situaciones extremas se vino abajo.
-     Lo siento mucho-la voz le tembló, mientras intentaba controlar sus emociones-no volverá a suceder, llegue aquí con la intención de visitaros y proseguir mi viaje, pero si es vuestro deseo que me quede, así lo haré. Diré a mi hermano Quein que parta cuando lo crea conveniente, no quisiera perder a mi familia por ninguna razón-Marne miraba a su hijo con compasión, compredia su dolor pero a la vez luchaba con sus propios sentimientos de la posibilidad de perder de nuevo a su hijo pequeño, por lo que haciendo acopio de su energía habló tratando de sonar firme.
-     Muy bien hijo, te comprendemos y mañana tu padre te comunicara su decisión, ahora descansaremos todos antes de la cena- Marne besó a sus hijos retrasando su salida, mientras su marido, el rey, se marchaba-Hijo, intentaré convencer a tu padre para que respete tu decisión, pero no te prometo nada, sabes que os quiere, a su manera claro, pero daría la vida por vosotros- Exbic la miraba fijamente y veía a través de sus ojos color miel el amor que sentía por ellos.
-     Gracias madre- le susurraba mientras la besaba delicadamente.
La reina salió del salón acompañando al rey a sus aposentos, Gavrel la miró a los ojos y comprendió que esta guerra la tenía perdida, sonrió a sus adentros y pensaba-la decisión ya estaba tomada, pero no cederé a la primera, presentare batalla-entonces la besó y se adentraron en el pasillo hacia sus aposentos, los dos iban con una sonrisa en la boca, se sentían felices de tener a su familia al completo.
Durante la cena los tres amigos de Exbic, les acompañaron a la mesa, al principio el silencio invadía el salón pero poco a poco según iba pasando la velada, la relajación fue llegando hasta concluir en una pequeña reunión familiar.
A la mañana siguiente el rey reunió a los dos hermanos de nuevo en el salón del trono.
-     Hijos mios, vuestra madre y yo hemos hablado y hemos tomado una decisión- según decía esto su mirada paso a Exbic- pensando en lo que dijiste ayer sobre la guerra, Loock por ahora seguirá neutral-Exbic miró a su madre, no comprendía la situación, ella siempre convencía a su padre cuando se lo proponía, pero, ¿En esta ocasión había fallado?. Pero su expresión decía lo contrario, escuchó de nuevo a su padre atentamente- desde este momento tu misión será la recopilación de datos sobre los demás pueblos, sobre la guerra y sobre cualquier situación relevante, iras solo o acompañado, esas decisiones son de tu competencia, pero tus informes los enviarás como máximo cada tres meses, informaras a tu hermano y él lo hará ante mi- esta decisión comprometia a Exbic a mantenerse en contacto con su familia pero le daba mayor flexibilidad en el tiempo que los tres meses, su hermano le cubriría en alguna situación y eso su padre lo sabia.
-     Así lo haré padre, no te arrepentirás de la decisión, y pronto cambiaras de idea ante la situación de guerra que se esta viviendo fuera de nuestras tierras. Exbic saludó con una inclinación de cabeza y salió junto a su hermano del salón, su tres compañeros les esperaban fuera a la espera de noticias.
Estuvieron un día más disfrutando de las comodidades de la ciudad, pero al día siguiente partirían hacia las tierras de Lobo. Al día siguiente antes de partir se despidieron efusivamente, Gavrel se acercó a Quein y mirándole a los ojos le dijo-Quein cuidaros mutuamente y no hagáis que me arrepienta de mi decisión, antes de un año y en la medida de vuestras posibilidades acudir de nuevo a Bander, tu y yo tenemos una conversación pendiente sobre la situación de tu país, espero que comprendas mi decisión, y que quede claro que no estoy pidiendo tu aprobación, simplemente te tengo respeto porque mi hijo te llama hermano, muchas gracias- Quein saludó inclinando la cabeza y le contestó al rey con una sonrisa- Gracias señor, no se arrepentirá y le prometo que intentaremos venir.
Los cuatro amigos partieron con las fuerzas y esperanzas renovadas, ahora les quedaba un largo viaje hasta llegar a las Tierras Yermas. 

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