miércoles, 24 de agosto de 2011

ALIANZA

Las enormes puertas se cerraron tras su paso, Lobo y Mill se quedaron asombrados por la velocidad y ligereza de las puertas al cerrarse, no vieron hombres ni animales, algún mecanismo oculto actuaba en su lugar. El campamento militar era tosco pero eficaz y acogedor, constaba de un edificio principal que hacía de comedor y sala de reunión de los hombres libres de servicio. Los dormitorios eran pequeños edificios amurallados con troneras en los pisos superiores, estaban diseminados ocupando el paso hacia la ciudad, en la retaguardia los almacenes, establos y enfermería, todos ellos diseñados en piedra y madera.
Los hombres de Sanjes se dirigieron a la armería para limpiar y dejar su equipo listo para estar preparados ante cualquier eventualidad.
Sanjes junto a su hermano y sus amigos fueron a los aposentos de este.
-     Por favor acomodaros-. Sanjes les sirvió vino, y se fueron sentando en unas cómodas butacas de piel de cabra, teñidas de negro y ámbar.
El edificio del príncipe tenía dos plantas, la superior, sus aposentos y la inferior en la que estaban, en la que había una mesa de roble llena de pergaminos, informes y mapas. La habitación se encontraba bien iluminada por varias lamparas de aceite colocadas por todas las paredes, una hoguera chisporroteaba al fondo caldeando esta agradablemente.
-     Caballeros, pronto podréis comer y descansar, solo quiero que me aclaréis que os movió hasta las puertas de mi casa, uhmmmm digamos a este grupo tan variopinto-. Sanjes se quedó en pie mirando a cada uno de los presentes, Exbic fue quien habló.
-     Hemos venido para hablar con el Rey, nuestro padre-. Lobo tosió de manera brusca, todos le miraron.
-     Es cierto, también por otra razón, Lobo necesita unas hierbas para su pueblo y venia a comerciar-. Lobo se quedó más tranquilo al escuchar su petición y miró inquisitivamente a Sanjes para conocer su respuesta.
-     El comercio se puede arreglar, mañana atenderemos tus peticiones y veremos que podemos hacer al respecto del Rey. En estos momentos no podemos hacer nada, el Rey se encuentra de viaje y yo ocupo su lugar, en estos momentos me encontraba de paso por la guarnición y no podíamos perder la oportunidad de acabar con unos cuantos wirlocks, mañana continuaremos hablando. Príncipe Quein, ¿ te importaría llevar a tus amigos a sus alojamientos?.
Quein se levantó e hizo un gesto a Lobo y Mill, los tres se despidieron y salieron del edificio hacia sus alojamientos.
Los dos hermanos se quedaron solos, durante un instante el silencio invadió la habitación.

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