viernes, 26 de agosto de 2011

ALIANZA 2ª PARTE

Exbic bebió un trago de su copa y la dejó en la pequeña mesa central.
-     ¿Que ocurre hermano?.
Sanjes se volvió con una expresión seria en el rostro, se sirvió una copa de vino y se sentó junto a la chimenea.
-     Vienes a involucrarnos en la guerra contra los wirlocks, padre no esta de acuerdo, ya lo conoces siempre tan testarudo, y que tú te alejaras de tu pueblo y de su lado no es que haya ayudado mucho.
-     Sabes lo que ocurrió, yo quería conocer otros pueblos tener otras experiencias, antes era diferente, todos los hombres no son malos, Quein y yo somos como hermanos, el me ha salvado la vida en muchas ocasiones al igual que yo a él.
-      Yo no estoy de acuerdo con todo lo que padre dice y piensa, pero en ocasiones tiene razón, ellos nos engañaron e intentaron arrebatarnos todo, tu estabas aquí, y lo vivistes al igual que yo.
-      El mundo es así tienes que aprender a diferenciar lo bueno y lo malo, evitar y aprender entre todo lo que sucede, no te das cuenta de que nuestra cultura y civilización está en decadencia, no podemos quedarnos anclados en el pasado, hay que evolucionar y abrirnos al nuevo mundo y que mejor manera que aliarnos y ayudar a los hombres en su guerra contra los wirlocks, si no lo hacemos así, ellos sucumbiran y entonces, ¿ que ocurrirá con nosotros?.
-     Nadie a podido entrar para conquistar nuestra tierra- continuó Sanjes tozudo.
-     ¿Cuanto durará? ¿crees que no nos atacaran para conquistarnos?, si piensas eso, estas tan ciego como padre- Exbic había alzado la voz, durante unos instantes el silencio se apoderó de nuevo de la habitación, la tensión se palpaba en el ambiente. Los dos hermanos se miraron, sus ojos estudiaban el rostro del otro, no había odio, sino preocupación. Fue Exbic quien rompió el incomodo silencio.
-     Lo siento hermano, no debería de haber hablado de esa manera, pero pienso que Quein y su familia, son buena gente y me acogieron en su familia, estos años fuera del hogar han sido duros, siempre sueño con volver con vosotros, mi verdadera familia y poder convivir todos, hombres y loocks juntos, podrías sacar cosas buenas y aprenderíamos los unos de los otros.
-     Lo sé hermano, no he dejado de pensar en ti ni un solo día, muchas veces he hablado con padre, pero no puedo convencerle, madre nos comprende pero no nos ayudará a convencerle, dice que tenemos que ser nosotros los que le hagamos ver la realidad con nuestros actos.
-     ¿Donde están?- preguntó Exbic intrigado por el misterioso viaje que había mencionado su hermano con anterioridad.
-     Se fueron a parlamentar con los enanos- Exbic miró asombrado a su hermano.
Sanjes esbozó una sonrisa.- ¿Sorprendido, verdad?, así me quede yo cuando me lo dijeron, se fueron hace tres semanas y mañana esperamos su regreso a nuestra tierra, en otra semana más estará en Bander,  podríamos adelantarnos y recibirles a su llegada, les sorprenderíamos.
Exbic se quedó pensando en la propuesta de su hermano,´en su mente se abría un halo de esperanza.
-     Hablaré con Quein y mañana te diré que hacemos.
Los dos hermanos se levantaron y se fundieron en un fuerte abrazo.
-     Te acompaño- se ofreció Sanjes.
-     No hace falta, me acuerdo perfectamente, tampoco hace tanto tiempo-
-     Tres años es mucho tiempo- Los dos hermanos rieron juntos, hacía demasiado tiempo que no lo hacían y agradecieron estos momentos de felicidad, en medio de tanta locura.
Se despidieron y Exbic se marchó a su alojamiento, por su mente pasaban un montón de ideas, añoranzas, esperanzas, todo se mezclaba tan rápido, su mente bullía frenética. Faltaban unas tres horas para el amanecer, Exbic se acostó y pronto quedó completamente dormido.
Cuando Mill se levantó, vio a Exbic y a Quein limpiando sus armas.
-     Buenos días chicos, bueno mejor dicho príncipes, he hizo una pomposa reverencia.
-     Buenos días- dijeron al unísono los dos amigos, con una sonrisa en el rostro, la esperanza llenaba la habitación.
-     ¿ Y Lobo?- preguntó Mill buscándolo en la habitación.
-     Ha ido con Sanjes ha conseguir sus hierbas, creo que se llevara una grata sorpresa. El herbolario es bastante extenso, encontrará lo que busca.
Se dirigieron al comedor, el sol calentaba levemente el ambiente, aunque la brisa era fría. A mitad de camino apareció Lobo con un paquete a rebosar de diferentes hierbas y pócimas. Una sonrisa atravesaba su rostro.
-     Esto es maravilloso- Lobo les enseñaba todavía maravillado el fardo lleno de todo lo que necesitaba y más.
Todos fueron al comedor, Lobo y Mill iban detrás cambiando impresiones, era chocante verles juntos, el gigantón y el pequeño Mill, extraña pareja, pero habían echo muy buenas migas.
Entraron al comedor, al fondo se encontraban las cocinas, pegadas a ellas una enorme mesa contenía toda la comida que se servía y que los cocineros sacaban a medida que los guerreros loocks iban entrando. El resto de la sala estaba ocupada por mesas para unas veinte personas, no había distinciones de rango, todos eran hermanos y guerreros con un único cometido, que compartian la comida, desde el Rey al guerrero más novato. Grandes antorchas iluminaban cada rincón del comedor, las pequeñas troneras que rodeaban todo el edificio no iluminaban lo suficiente la estancia. Los hombres de loocks saludaban al príncipe Exbic con una leve inclinación de cabeza, muestra de respeto y amistad, mientras desayunaban Exbic compartió con sus amigos lo que su hermano le había dicho. Lobo fue el primero en hablar.
-     Yo te acompañaré, pero ten en cuenta que en poco más de un mes el invierno llegará, y el paso eterno hacia las Tierras Yermas quedará cerrado durante varios meses y estas hierbas, que tanto os agradezco, son necesarias para la supervivencia de mi pueblo.
-     Gracias Lobo, llegaremos a tiempo.
Quein y Mill también irían con su amigo de esta manera quedó todo planeado, hablarían con el Rey Garin y después sucediera lo que sucediera, viajarían al pueblo de Lobo. En ese momento Sanjes entró y se dirigió a la mesa donde se encontraban los cuatro compañeros.

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